Sábados Literarios de Mercedes. ¿Y quién se comió al gato?

Doña Remigia, nadaba en la abundancia, se podría decir que nació de afortunada cuna y creció al amparo de las muchas rentas heredadas.
La vida, también le dejó ser tía de muchos sobrinos, con tiempo y en turno, había puesto secretamente a prueba a todos y cada uno de ellos y el resultado había sido inquietantemente sospechoso.
Es fácil ser sobrino de tía adinerada, sólo tienes que fingir y esperar, pero la “Doña” era mas lista que todo el colectivo familiar unido.

Los recelos aumentaron con la presencia de “Cat” un mayordomo cincuentón, que se hizo cargo de los cuidados de la venerable sexagenaria.
Cat, se incorporó al servicio, por prescripción facultativa (yo, diría mejor, por exigencias del guión) y su compañía fue positivamente valorada por Doña Remigia, aquel mocetón normando, apareció caído del cielo en la residencia parisina de la anciana, su franqueza, su fidelidad, sus movimientos seguros y felinos, su inalterable condición física para acompañar sin límites y su temple y autoridad para protegerla de los acosos, que veladamente recibía del resto de la inadaptada familia, compensaban con creces la ausencia de sentimientos que Doña Remigia, hubiera deseado como naturales.

7 eran los sobrinos en discordia, 7 trozos de carne podrida, con la única fijación de acortar la existencia de su cada vez mas inaccesible Tía. En conclave, decidieron por unanimidad que había que actuar cuanto antes, Cat molestaba, pero, ¿Quién le pondría el cascabel...?

Esto, no es una película de Disney y 7 sobrinos cabreados, son mucho cabreo, así pues una mañana de insoportable hedor, los cuerpos sin vida de Remigia y su protector Cat, aparecieron ocupando los 3’60 m2. de su colchón de lana de la cama con dosel importada de un anticuario guaraní.

Uno de los sobrinos, Médico, certificó y documentó la doble defunción como un lamentable accidente: sendos infartos como consecuencia de un incontrolado exceso de pasión.
En esa triunfal y disfrazada lamentación estaban, cuando sonó el timbre de la puerta:

“Buenos días, vengo por lo de la muerte de Doña Remigia y su Gato, ...mi nombre es Clouseau, ...inspector Clouseau”
oooo
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Comentarios

  1. Genial, lo del énfasis en los siete me ha encantado. Y el inesperado aspecto que ha tomado el de los movimientos felinos, también.
    Un placer compartir contigo las letras, Alfredo.
    Me voy de ronda a conocer el resto de las historias.
    Un abrazo sinuoso,y suave como el roce de la cadera cuando uno decide "rasparse-" las pulgas, jejeje. No hay gato que se precie que no disponga de ellas!

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  2. Cómo he disfrutado tu relato.... y es que el amor no entiende de maullidos.
    Un beso

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  3. Ahjajaja me mató lo de la incorporación de Cat por exigencias del guión!
    Pero que familia de porquería tenía la tía Remigia, una sarta de buitres!
    Yo me quedé en lo mejor de la historia queriendo saber como resolvía Clouseau el crimen! Va a continuar? No digas si, di oui!
    un abrazo

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  4. Buenazo amigo Alfredo,esta trama comenzada de esta manera bien vale la pena discurrirla por otras 150 paginas,anìmese,compadescase al menos del trabajo que tendra por delante nuestro investigador.

    cordiales saludos

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  5. Ay, Alfredo, me esperaba alguna salida nocturna de Cat por los tejados parisienses, aullando a la luna o a una Madame Chat. La otra alternativa que se me ofrecía era Cat, en sus noches libres (libres de cualquier obligación o devoción) bailando su versión del famoso musical tocayo en un bar de mala fama ante un público entregado e hipnotizado. ¡Pobre del inspector Clouseau! ¿No sabías que es alérgico a los pelos de gato?
    Un abrazo.

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  6. Desde luego lo que hace la envidia, sobre todo si hay dinero por medio. Sus días estaban contados, antes o después acabarían con ella.
    Muy intrigante y buen relato
    Un abrazo

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  7. No se las exigencias del guion tuyo... pero el mío indica que a estar alturas tenes que ir pensando en escribir más de 300 palabras.... Tus textos son deliciosos (casi como las tapas que comí los otros días)

    Un abrazo.

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  8. Es buenisimo y el final me ha encantado. Me ha enganchado desde el primer instante.
    Un beso

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  9. p0r la s0nrisa que me has pr0v0cad0, te dej0 escuetamente este c0mentari0:
    ¡viva la madre que te pari0!!!
    salud0s, alfred0.

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  10. Me ha encantado tu relato. Con un acompañante como Cat es lógico que los 7 sobrinos 7, unieran fuerzas para deshacerse del estorbo y de su tía, sin embargo hay una pregunta que me ronda y que no me resisto a plantearte: ¿Quién llamó al inspector?.
    Un saludo.
    Pepe.

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  11. Siempre buenos tus relatos, espero algún día aprender a escribir como lo hacen la mayoría de Uds. Porque me costado mucho este tema, tanto que casi desisto de participar.

    Saludos, buena semana.

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  12. Alfredo...vuelve Closeau, un héroe de la investigación que debe simpatizarte, con la jeta de P. Sellers, ja, ja, que no la de mi Quinto. A éstas ¿quién lo llama? estoy con Pepe.

    Siete vidas tenía el normando Cat gato, pero los siete sobrinos se las zamparon, lo que hace el dinero. !Pobre Remigia! la mataron y quedó muertita como amante al lado de atlético y difunto Cat, sin comerlo ni beberlo !mundo injusto!
    Saludos, natalí
    P.D: ¿Y si le das más caña y continuas el relato?

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