Una de Guateques.
“El partido de fútbol que nos enfrentaba aquella tarde a la Academia Martí comenzaba a las 16.30, y las porterías no estaban terminadas, el Sr. Aranda se esforzaba pasando por la regruesadora del taller los postes y largueros que mas tarde completarían el diseño de un estadio a punto de estrenarse. Eran las dos del mediodía y estábamos todos en el patio, recién llegados de una irrepetible semana de Ejercicios Espirituales. El Santuario de Montiel de Benaguacil, había sido testigo de intensas jornadas con transcendentes reflexiones durante el día e inofensivas timbas de póquer por la noche. Nuestra euforia era incontenible, y los chicos del “Martí” pagaron las consecuencias de nuestra motivación, con una escandalosa goleada. 25 años dan para muchas jornadas tan llenas de emociones como aquella, y aunque lógicamente cambian los protagonistas, las inquietudes y el desenfado con el que se afrontan son similares”. Pero la fiesta de aquel fin de semana, no acababa con el